sábado, 9 de noviembre de 2019

Altar para Papá Món


José Ramón Zamudio nació el 27 de enero de1924 en Escuinapa (Sinaloa-México,) y murió en vísperas de la primavera de 2005 en Guadalajara (Jalisco-México). Era abuelo materno de Augusto Metztli.


Vivió en cada uno de los Estados de la República Mexicana. O lo que es lo mismo, se mudó de casa más de 30 veces, junto a su esposa Socorro Zamudio.


Era muy goloso, le gustaban mucho los chocolates, el membrillo, el yogur de sabores de frutas, las galletas, los mangos, las papayas, los plátanos, el camote, el pan dulce, los mazapanes, las palanquetas, las alegrías y la mermelada. Antes de comer se echaba su aperitivo, que era una cuba (que aquí llaman roncola o cubata) y lo acompañaba con cacahuates, papas fritas y churros de maíz.


Amaba la música, sabía tocar el piano, el acordeón y el violín. Casi todas las tardes tocaba el piano, y contaba y cantaba la historia de la canción y su propia historia con la canción. El acordeón solo lo sacaba para ocasiones especiales como fiestas y reuniones.


Todo lo acompañaba con plátanos: la sopa, el arroz, los fideos, el picadillo, lo que fuera. Era su acompañamiento favorito.


Su pasatiempo era arreglar y desmontar aparatos electrónicos, como televisiones, videocaseteras, radios y grabadoras. Se sabía muchos poemas y fragmentos de libros de memoria, leía mucho, sus libreros estaban repletos de enciclopedias y las consultaba a diario. 

Era un hombre honesto, generoso, sensible, no le gustaban las injusticias, ni la gente perezosa. Los tiempos modernos lo agobiaban un poco, no entendía los nuevos códigos entre humanos y humanas.


Se le recuerda cada vez que suena "Historia de un amor" ( de Carlos Eleta Almarán) y "Luz de luna" (de Álvaro Carrillo).


           


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