En México la muerte es cosa seria, tan seria que da risa. Se le respeta tanto que acaba siendo amiga del alma. Para las culturas de Anahuac, la muerte era blanca como el color de los huesos, y la vida era negra como el color de la tierra.
Fue el ilustrador mexicano Posada el que popularizó la imagen de las Calacas animadas, y el pintor Diego Rivera inmortalizó a La Catrina, aquella calavera señorial.
Marthazul y yo invitamos a la Calaca Chavela Vargas, accedió y vino a cantarnos la bellísma canción "La llorona".
Un "nutrido" grupo de Calacas Tilicas y Flacas estaban ansiosas por ser vestidas y dotadas de personalidad, así que cada unx de los y las participantes del taller, se pusieron a mover el lápiz para conseguirlo.
Bueno, alguna Calaca saltó a la cabeza de Ali, no sabemos el motivo ;-)
Hicieron diseños de ropa fenomenales, de "raperos hip hoperos", eso sí, producidos de manera justa y ética, nada de ropa lowcost que esclaviza a la gente.
Delicados trabajos de corte, pega y colorea.
Pero las Calacas debían habitar un espacio, y esa también era responsabilidad de los y las tallertistas, que hicieron maravillas como habitaciones, salones de danza, minas, la noche y el día...
Y como siempre, al final hubo merienda, y hasta las Calacas comieron.
Dioramas y Calacas
Diorama y Calacas de Xián
Diorama y Calaca de Nuria
Diorama y Calacas de Sara
Diorama y Calaca de Alicia
Diorama y Calaca de Carla
Diorama y Calaca de Marthazul y Augusto Metztli
No hay comentarios:
Publicar un comentario