viernes, 30 de abril de 2021

Pintamos, hablamos sobre el respeto animal, Frida, Diego y el volcán Popocatépetl


Pintura acrílica sobre lienzo de Sabela, primavera 2021.
 
Con el paso del tiempo hemos ido consolidando los grupos, las alumnas y los horarios de clase. Poco a poco duplicamos los días que damos pintura o dibujo. Pero siempre respetando nuestros días para pintar y desarrollar los otros proyectos que hacemos. 
 
En general estoy seguro de que las alumnas que vienen se han dado cuenta de que aquí, además de pintar, estamos atentas a más cosas. Escuchar es fundamental, por lo que intento que se hable por turnos, que haya una escucha activa y respetuosa. Eso ha dado como resultado que hablemos en profundidad de muchas de las inquietudes que tienen. Varias de las más recurrentes son por contexto, ya que en clase además de humanas, hay dos tortugas Xiabre y Lobeira, y un conejo que se llama Pancho, la conejita Libreta prefiere esconderse en otro lugar más tranquilo. Saben que deben ser muy respetuosas con sus compis más pequeñas y que son de otras especies.
 
Intento dejarles clara la idea de que NO son mascotas, que el concepto de mascota no debería existir, que son compis con pompón o con caparazón. Muchas de ellas nos han dicho que desde que conocieron a Pancho, o a Libreta o a Cartulino, han dejado de comer conejo, saben que soy vegetariano, y eso les causa mucha curiosidad. Por eso, el tema del maltrato animal les llega a su coranzoncito. 
 
Les he explicado, a petición de algunas de ellas, que consumir leche, quesos o lácteos en general implica sufrimiento animal, que el lechón o el cabrito, es comerse bebés de otras especies. Hace unos días descubrieron que utilizan conejos y conejas para probar cosméticos, champús y jabones. Eso les indignó mucho, decían "¿Para qué los prueban, por qué quieren hacer nuevos productos, si con los que tenemos ya es suficiente?". Los temas animalistas se van colando en sus cuadros, al punto que Sabela pintó a una veterinaria que dice "OS QUIERO ANIMALES".
 
Hablando de animales, también descubrieron que los monos (changos), ciervos (venados), perros y aves fueron muy especiales para Frida y Diego, dos artistas que les fascinan a las niñas y de las que no paran de preguntarme cosas sobre sus vidas. También las han pintado o recreado en sus cuadros una y otra vez.
 
El estudio está lleno de dibujos, pinturas, fotos, frutas, plantas (con las que también les pido mucho respeto y cuidado) y materiales de todo tipo, es un lugar muy estimulante, y como cada cosa cuenta una historia, siempre me piden que se las cuente o que las repita, por lo que muchos caminos nos llevan al idioma náhuatl. Por ejemplo, cuando me preguntan por la foto del volcán que nos regaló mi tío, ¿cómo dices qué se llama? repetimos juntas: Po-po-ca-té-petl, y entonces se acuerdan que chocolate o tomate también son palabras en náhuatl. Conocimientos que comparten fuera del taller.

Muchas veces cuando terminamos la clase y estamos recogiendo, mientras le cuento a Marta lo que sucedió en cada uno de los grupos, y las ocurrencias de alguna de ellas, entonces me doy cuenta que efectivamente nos escuchamos las unas a las otras, y que a partir de eso, vamos construyendo muchas cosas buenas en común.

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