Como ahora tenemos nuevxs particpantxs fieles de nuestros talleres, consideramos oportuno repetir la actividad de "Topo".
Primero les explicamos que lo Topos de la Guerra Civil y de la Posguerra - Dictadura de Franco, fueron personas que combatieron o no, pero que por sus ideas o círculos donde se movían (republicanos o nacionalistas) y no afines al franquismo, eran perseguidos, encerrados o asesinados, por lo que muchos de ellos optaban por esconderse y esperar a que pasara la guerra. Hubo algunos que esperaron bajo tierra, en altillos, en cuadras, o detrás de un armario (como el alcalde republicano de Mijas en Andalucía), o en el suelo (como el tío paterno de Marta, que fue uno de los Topos de la zona, y como vivió la experiencia de estar escondido bajo el suelo de la cocina durante 3 años, hablamos sobre él).
Nosotrxs tenemos objetos del tío de Marta: se llamaba Jose Carracedo. Tenemos sus libros, cartas... Y taburetes de madera que hacía mientras se escondía bajo tierra. Todo eso les enseñamos a lxs participantes de Topo. Les mostramos su foto y les contamos algunas anécdotas.
Y para dejar claro la situación tan dramática que vivieron les explicamos este cuadro (de A. Metztli) dedicado al tío José.
Ahí se puede observar su refugio bajo la cocina, donde cocinaba su madre y tenía que aguantar los insultos e intromisiones de la guardia civil, pues como es conocido, la gente que tenía familiares republicanos o nacionalistas en busca y captura, debía dejar la puerta abierta para cuando a la guardia civil le diera la gana, pudiera entrar y registrar el domicilio en busca del Topo.
Los dos proyectos propuestos consistieron en representar la guarida del topo, el espacio de refugio, un lugar donde se fuera a conservar aquello que nos hace humanxs, buenxs humanxs.
El primero de ellos fue un recipiente de cristal que cada una fue vistiendo y componiendo a su gusto.
Y el segundo fue una tarjeta tridimensional, con el cielo y la tierra previamente dibujados, y a partir de ahí lo que ellas quisieran agregar y decir.
Fue un taller divertido y emotivo a la vez.
Y como siempre cerramos el círculo con la merienda.
Postales de cielo y tierra:
Izel decidió convertir la casa en una panadería, porque dice que ocultarse se lleva mejor comiendo los pasteles y panecillos que preparan arriba.
Montse decidió convertir su postal en una emotiva metáfora de su libro "Un cesto de mazás" (donde recoge la memoria de las víctimas del 36 en voz de sus familiares; son historias íntimas, donde la tragedia y lo cotidiano acaban entrelazados).
Alicia hizo la guarida del Topo bajo un árbol con maceta. Y el árbol no es cualquier árbol, es el árbol número tres. No comentó el motivo o la importancia del número, ya le preguntaremos.
Augusto recreó la cocina y la guarida de José y el paisaje gallego, con muros de piedra y carballos.
Los Topos en Conserva:
Montse le dedicó su obra a la historia de un Topo que se ocultó bajo el comedero del establo de las vacas, en ese agujero su compañera lo cubrió con trozos de tela para que pudiera estar más cómodo. En la tapa dibujó aquellas maravillosas experiencias que no pudo disfrutar en un su encierro, como la música, las flores, la luza del sol, ver y escuchar a las aves. Ver las estrellas...
Marthazul decidió cortarse en el momento un mechón de su cabello, para pegarlo en la tapa y que quedase colgando cubierto por una tela de flores. En la base echó varias cucharadas de una tierra especial, y sobre ella una florecilla "siempre viva" del balcón y un algodón manchado de sangre de su dedo recién pinchado. Hizo un "topo en conserva" muy femenino: cabello largo, flor violeta y sangre, dedicado a todas las mujeres maltratadas, amenazadas, rapadas, encarceladas, violadas, asesinadas... De esa época que muchos intentan lanzar al olvido diciendo que no fue para tanto y que ya pasó.
Sara CL hizo dos "Topos en conserva": el primero de ellos no recuerdo la explicación, pero en el segundo su intención era que la casa quedara flotando sobre la tierra y haciendo unos rigurosos cálculos lo consiguió.
Sara AC hizo el rostro de un topo que quedó oculto dentro del frasco y sobre algodón.
Nuria exploró con su propia piel y con pegamento. Se ponía cola blanca en sus manos, esperaba a que secara y hacía pielecillas que fue recopilando dentro del frasco.
Alicia hizo unas piezas que desafían el espacio, les añadió bandera y distintivo y una de ellas guarda y protege a un árbol.
Izel hizo tres "Topos en conserva": el primero no recuerdo de qué va, pero los otros dos sí. El de la espiral amarilla es un camino dedicado para su madre, y el tercero y más grande guarda en su interior la música.
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