Toda España está sembrada con vestigios franquistas, como gotas de sangre derramadas en la piel, o como heridas que no cicatrizan.
Lo peor del ser humano está inmortalizado en esculturas, edificios, placas y nombres de calles, y aunque no se puede olvidar ni dejar de oler su rancio tufillo, al menos debieran quitarlos de los espacios públicos.
El dragón comelón se deborará el símbolo franquista más grande de estos rumbos, ubicado en un lugar emblemático de Villagarcía de Arosa, la cruz en la fachada de la iglesia principal del pueblo, frente a la también muy franquista plaza de España.
"Que salgan los dragones", es una canción del músico y compositor chileno Chinoy, que habla de esto.
Es hora de salir de la conciencia
ser
aire en el desastre mundanal,
que vuelvan los dragones a
volar
para quemar la histórica indecencia.
Los muertos que trajo sin ver la
ciencia
el suelo seco del confort social,
la bomba oculta en la
vida normal
el miedo en medio de todas las fiestas.
Que dejemos la risa como herencia
las ganas como hazaña cerebral,
que vuelva el corazón del animal
Esta, 'reptiliana', es otra que me gustó mucho... encadenar unas con otras. Mensaje crudo también.
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