Cuando una amiga me dijo que daba clases de castellano para inmigrantes, en la Cruz Roja , le pedí de favor que preguntara si podíamos dar un taller de pintura, si podía ser de utilidad una actividad artística.
La respuesta fue sí.
Presentamos el proyecto de Color cotidiano, taller diseñado para pintar de manera libre, únicamente siguiendo algunos lineamientos o acotaciones que condicionan el resultado final de la obra. Con el taller se aprenden cosas básicas de la pintura, grabado y dibujo. Pero sobre todo nos comunicamos usando color y formas.
Inicialmente estaba prevista la participación de 15 alumnos en los talleres pero en ocasiones asistían más alumnos.
El taller se realizó en el Auditorio Municipal, contó con la colaboración de Marthazul y de Augusto Metztli, de la asociación cultural “La taza Lunar”, y un equipo de 4 voluntarios de Cruz Roja. La experiencia fue maravillosa, enriquecedora y la disfrutamos mucho. En lo personal quedé muy satisfecho y conmovido.
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